Cenar con vistas a la Torre Eiffel: mi experiencia
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Cenar con vistas a la Torre Eiffel: mi experiencia! Al planificar mi visita a París, tenía una cosa en mente: cenar con una vista espectacular de la Torre Eiffel. Quería sumergirme en los lugares emblemáticos mientras disfrutaba de deliciosas comidas. Así es como se desarrolló mi experiencia y mi último consejo al respecto.
almuerzo en Francette
Mi primera comida con vistas fue el almuerzo en Francette. Situado convenientemente cerca de la Torre Eiffel, Francette ofrece un ambiente agradable y una excelente vista para admirar a la Dama de Hierro durante el día. ¿La comida? Bastante bien. Tuve una experiencia encantadora, saboreando mi comida mientras contemplaba la torre. Francette cumplió tanto en el frente culinario como visual.
cena en Chez Ming
Para la cena, elegí Chez Ming, con la esperanza de capturar la magia de la Torre Eiffel iluminada contra el cielo nocturno. La vista era realmente impresionante y la atmósfera encantadora. Sin embargo, la comida, aunque no estaba mal, no fue nada memorable. No estuvo a la altura de mis expectativas y sentí que estaba pagando más por la vista que por la calidad de la comida.
Conclusion
A través de estas experiencias, descubrí una lección valiosa: a veces es mejor separar las visitas turísticas de las comidas. Si bien comer con vistas a la Torre Eiffel puede ser una experiencia única, a menudo tiene un precio más alto y puede significar sacrificar la calidad de la comida.
Para aquellos que planean visitar París, aquí está mi recomendación:
- Visite la Torre Eiffel por separado: tómese su tiempo para admirar este emblemático monumento, ya sea de día o de noche, cuando está bellamente iluminado.
- Elija los lugares para cenar en función de la calidad de la comida: París es un paraíso gastronómico con innumerables restaurantes que ofrecen una cocina exquisita. Opte por lugares conocidos por su excelencia culinaria, incluso si no ofrecen vistas a la Torre Eiffel. Disfrutará de una mejor comida y probablemente a un precio más razonable.
París tiene mucho que ofrecer y, al separar la comida del turismo, podrá experimentar lo mejor de ambos mundos. Disfrute de las vistas y saboree la comida, pero no necesariamente al mismo tiempo.